Nos adentramos en un pequeño valle del norte de la provincia de Alicante, en la Marina Alta, la Vall de Gallinera. Un valle conocido por sus pequeños y encantadores pueblos (Benirrama, Benialí, Benissivà, Benitaia, Alpatró, La Carroja, Llombai y Benissili). y los campos de almendros, algarrobos, olivos, naranjos y sobre todo, los cerezos.
 
 
Un valle con mucha historia, así lo atestiguan las pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad y los dos castillos que antiguamente custodiaban las entradas al valle.

 
Además, nos encontraremos numerosas fuentes de agua natural repartidas a lo largo de los pueblos, algunas de ellas convertidas en lavaderos tradicionales y recientemente restaurados.
 
 
Es una ruta que se puede hacer a pie, aunque es bastante larga, puesto que son unos 16 km (más la vuelta claro) de manera que nuestra recomendación es hacerla en coche e ir parando en los diferentes pueblos para recorrer sus estrechas calles y sus bonitas casas.
 

Benirrama, un bonito pueblo con casas de colores

 
El primer pueblo que nos encontraremos es Benirrama (el más cercano al mar). Para acceder a este pueblo tendremos que subir una pequeña carretera a la izquierda que sale cuando ya parece que nos lo hemos dejado atrás.
 
 
 
Calles estrechas, poco sitio para dejar el coche, nos damos una vuelta por las 3 calles que tiene el pueblo y no vemos a absolutamente nadie, (era la hora de comer). Casas pintadas de distinto color y una pequeña iglesia pintada de blanco y azul.
 

Benialí

Los siguientes pueblos si nos quedan a la altura de la carretera y son más accesibles. En Benialí, se encuentra el Ayuntamiento de la Vall de Gallinera (puesto que se considera un un municipio con 8 núcleos urbanos). Además, podremos ver un pequeño parque para los pequeños y la casa del señor, la iglesia, que no puede faltar el ningún pueblo.
 
 

Benissivà y Benitaia, los pueblos unidos

Benissivà y Benitaia son dos núcleos urbanos prácticamente unidos, separados solo por la carretera. Benissivà es, literalmente, una calle. Al final de ella encontraremos la iglesia y tendremos que darnos la vuelta. Desde esta carretera sale un pequeño camino que sube a las 4 casas, literalmente también, que conforman Benitaia.

Bonita casa con buenas vistas en Benissivà
Un poco más adelante nos encontraremos uno de los tantos lavaderos que hay en la ruta. En este caso el de Benissivà.
 
Llavador de Benissivà

La Carroja

El siguiente pueblecito que nos encontramos es La Carroja, otro pueblo formado por una sola calle con varias casas a ambos lados y una pintoresca iglesia.

 

Seguimos nuestro camino por carretera y llegaremos a un mirador, desde el que podemos ver prácticamente todos los pueblos que hemos visitado.

En primer plano La Carroja, detrás a la izquierda, Benialí y al fondo a la derecha, Benirrama.

Alpatró

Alpatró es el siguiente pueblo que cuenta con más de un calle, una plaza donde podemos tomarnos algo y una iglesia con una fuente que data de 1926.

Para llegar a los dos últimos pueblos tendremos que salirnos de la CV-700 en dirección Llombai – Benisili por la CV-714. Antes de salir del todo de Alpatró veremos su lavadero a mano derecha, también reformado hace unos años (les han puesto a todos el mismo techado).

Llobai, el pueblo abandonado

El siguiente pueblo al que llegaremos es Llombai. Se trata de un pueblo «abandonado» y «deshabitado» desde los años 70. Sin embargo, lo escribo entre comillas porque actualmente hay varias casas que están siendo restauradas y habitadas. De hecho en nuestra corta visita de unos 5 minutos, vimos más gente que en otros pueblos.

 

El resto de casas (unas 7 u 8 que encontramos de forma alineada a nuestra izquierda en una sola calle) se encuentran en estado ruinoso, unas más que otras, y en algunas de ellas se puede entrar, aunque es muy peligroso y lo desaconsejamos totalmente. Al final del pueblo nos encontraremos la fuente, conocida por el agua de alta calidad que da, y el lavadero recién restaurado.

 
La naturaleza se ha adueñado de algunas casas

Benissili, el último pueblo del valle

Benissili, el último pueblo del valle, es un pequeño municipio de calles empinadas con una bonita plaza en la que encontraremos una fuente con el lavadero.

Fuente y lavadero de Benissili del año 1704
Iglesia de Benissili con el cartel de la ruta en la puerta
Algunas calles de Benissili
Vista general de Benissili desde la carretera

Por último, un par de fotografías de los dos castillos musulmanes que protegían las dos entradas de este valle, el castillo de Benissili o Alcalà por el interior, y el castillo de Benirrama o Gallinera, por la costa. Su origen se remonta al siglo XI, y en el s.XIII fue residencia de al-Azraq, el príncipe musulmán considerado como el estandarte de la resistencia contra los cristianos del Rei Jaume I.

Castillo de Benissili o Alcalà
Castillo de Benirrama o Gallinera

La Vall de Gallinera, el valle de las cerezas

Como dije al principio, estamos en el corazón de la cereza. Cada año, a principios de junio, cuando se recolecta la cereza, se celebra la fiesta de la cereza, donde se organizan eventos, juegos para peques y mayores, gastronomía y senderismo por este precioso valle.

 
 

Una ruta que podemos hacer andando (en la que podremos ver más fuentes, lavaderos y disfrutar un poco más de la naturaleza de este precioso valle) o en coche y así poder disfrutar más de los pueblos y sus gentes.

En cualquier caso se trata de una zona cuidada, con mucha historia y patrimonio arquitectónico, artístico y natural. Un paisaje espectacular, con altas montañas (la foradà, un enorme agujero en la montaña) y lleno de vida.

Vídeo




Cómo llegar 

Tenéis que dirigiros a Pego y una vez allí, dirección L’Atzúbia, pasar el pueblo y empezaremos a darnos cuenta de que nos adentramos en el valle. Tras unos kilómetros, llegaremos al primer pueblo, Benirrama.

Más información 
 

– Información general de la Vall de Gallinera aquí.
– Si queréis más información de Llombai pinchad aquí.

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