Planear un viaje a Italia y tener que elegir entre Venecia o Florencia es como decidir entre pizza o pasta; ambas ciudades son una maravilla, pero cada una tiene su estilo. Venecia es puro romanticismo con sus canales y góndolas, mientras que Florencia está llena de arte, historia y una energía que te envuelve. ¿No sabes cuál se adapta más a ti? Te contamos qué ofrece cada una.
Venecia es la ciudad que flota sobre el agua
Venecia no es como cualquier otra ciudad. Aquí no hay coches ni motos; te mueves en barco o andando. Es un lugar que parece salido de un cuento, con sus calles convertidas en canales.
Historia y cultura
Si algo sobra en Venecia, son sitios impresionantes. La Plaza de San Marcos es el corazón de la ciudad, con la Basílica y el Palacio Ducal. Y si te subes a un vaporetto por el Gran Canal, prepárate para alucinar con los palacios que hay por todos lados. Además, si te gusta el arte, no puedes perderte la Galería de la Academia o la Colección Peggy Guggenheim.
Comer bien es fácil (y obligatorio)
Venecia tiene su propia gastronomía, con platos que no se ven en otras partes de Italia. Lo más típico es el marisco, el risotto al nero di seppia (con tinta de calamar) y las famosas sarde in saor (sardinas marinadas). Además, debes pasarte por un bacaro, esos bares típicos donde sirven cicchetti, que son como tapas, ideales para picotear algo rápido con un buen prosecco.
Perfecta para un viaje romántico
Si tu idea es un viaje en pareja, Venecia es el lugar ideal. Recorrer los canales al atardecer, cruzar el Puente de Rialto y perderse por sus callejones es algo único. Hasta el aire parece más romántico aquí, así que no es casualidad que siempre esté llena de parejas.
Florencia es arte, historia y mucho que ver
Por su parte, Florencia es un museo a cielo abierto. Aquí se respira historia y cultura por donde se mire. Cuna del Renacimiento, esta ciudad es perfecta para quienes aman el arte, la arquitectura y la buena comida.
El arte está en todas partes
No hay ciudad en el mundo con más arte por metro cuadrado que Florencia. La catedral de Santa María del Fiore, con la famosa cúpula de Brunelleschi, es un espectáculo que hay que ver sí o sí. Eso sí, si quieres subir a la cúpula, mejor busca entradas para la cúpula de la Catedral de Florencia con antelación, porque suele estar bastante concurrida.
Pero Florencia no es solo museos, también está el Ponte Vecchio con sus joyerías de siglos de antigüedad, y el Palacio Pitti, que además tiene los Jardines de Boboli.
Comer es todo un plan
Si algo hay que probar sí o sí es la famosa bistecca alla fiorentina, un chuletón de los que no se olvidan fácilmente. Y si lo acompañas con un buen vino Chianti, mejor aún.
Caminar por la historia
Florencia es de esas ciudades que se disfrutan caminando. Da igual por dónde vayas, siempre te vas a topar con una plaza impresionante o una iglesia con siglos de historia. Desde la Piazza della Signoria, con la réplica del David de Miguel Ángel, hasta los barrios más alternativos como Oltrarno, cada rincón tiene su encanto.
Entonces, ¿con cuál te quedas?
Venecia es para los que buscan una experiencia diferente, algo romántico y fuera de lo común. Florencia, en cambio, es ideal para quienes quieren empaparse de historia, arte y buena comida. Ambas son buenos destinos, así que depende de lo que te apetezca. ¿Canales o cúpulas? ¿Góndolas o galerías? Tú decides.
